Ninfas del valle

1948

Cuando Marta estaba aún en la cuna perdió a su padre. Su madre murió antes que cumpliera los diez años. Ya huérfana, vivió en casa de un vecino pobre que con su mujer y sus hijos se alimentaban del fruto de una parcela entre los hermosos valles de Líbano.
Su padre murió dejándole tan sólo un nombre y una cabaña entre nogales y álamos. De su madre heredó lágrimas de pesar. Residía como extranjera en el lugar de su nacimiento, sola entre espesos árboles y altas rocas.

Cada mañana, vestida de harapos, caminaba descalza tras de una vaca lechera, hacia algún rincón del valle donde la pastura fuese rica. Sentábase a la sombra de un árbol a cantar con los pájaros, llorar con el riachuelo, sonreír con las flores y volar con las mariposas. […] Cuando el sol se hundía tras el horizonte y el hambre arreciaba, volvía a la cabaña para conformarse con un poco de fruta seca, pan de maíz y habas en vinagre con aceite de oliva. Después, extendía paja en el suelo y se acostaba descansando la cabeza en sus brazos. Dormía y suspiraba porque la vida fuese un solo sueño, largo y profundo.

Gibran Kahlil Gibran, Obras selectas. Marta en Ninfas del valle, traducción y biografía de Leonardo S. Kaím, México, Comaval, 1959. p. 203.