Frases

Patria quimérica

Uno de los sueños más amados de mi corazón es que, en algún lugar, en algún momento, una parte de mi trabajo […] se exhiba junta en algún museo o en alguna institución, en una gran ciudad, en donde la gente la pueda ver y quizá amar […].

Soy extranjero en este mundo. Soy forastero, y en el inmigrante la soledad es pavorosa y atroz la nostalgia. El exilio muéveme siempre a soñar en una encantadora tierra, llenándome la fantasía con dulces imágenes de una patria quimérica y remota que mis ojos jamás vieron.

No volveré a escuchar los cantos del Líbano, si no es en sueños.

Ustedes tienen su Líbano con su dilema. Yo tengo mi Líbano con su belleza.

Soy un extraño en este mundo, y hay en mi exilio una severa soledad y una dolorosa tristeza.

El alma humana es tan sólo una parte de la ardiente antorcha que Dios separó de sí mismo en el momento de la Creación.

El arte debe ser una comunicación directa entre la imaginación del artista y la del observador.

Líbano, para los poetas de Occidente, es un lugar legendario cuya existencia desapareció con la muerte de David, de Salomón y de los profetas […].

Si el Líbano no fuera mi país, yo lo habría escogido como tal.

Líbano es un vocablo poético y no el nombre de una montaña; vocablo que simboliza un sentimiento, y más allá de la imaginación, la imagen de los bosques de cedros que exhalan su aroma e incienso, la de torres de bronce y de mármol que se elevan majestuosas, la de multitud de gacelas que se recrean entre ruinas y valles. Vi a Líbano aquella noche como un pensamiento poético, como un sueño entre dos auroras.

[…] La primavera es el espíritu de un dios desconocido, viajero por la tierra a paso veloz, que al llegar a Líbano marcha lentamente, miando hacia el ayer, regocijándose con los espíritus de los reyes y de los profetas que vagan en el espacio, cantando con los arroyos de Judea las inmortales melodías de Salomón, repitiendo con los cedros de Líbano los recuerdos de glorias pasadas.

Si mi pueblo se hubiera opuesto a los tiranos y muerto en rebeldía, yo diría que la muerte por la libertad es más honrosa que la vida en servidumbre.

Creo en ustedes y su destino […] Deben tener orgullo en ser americanos, mas también deben enorgullecerse de que sus padres y sus madres llegaran de una tierra en la que Dios colocó sus manos bondadosas e hizo surgir sus mensajeros. Jóvenes americanos de origen libanés y sirio, yo creo en ustedes.

Hay en Oriente Medio un despertar que desafía la somnolencia. Ese despertar triunfará porque el sol es su líder y la aurora su ejército.

Cuando estés en un lugar maravilloso, entre personas cultas, al lado de viejas ruinas, y en lo alto de una montaña, murmura mi nombre para que mi alma vaya hasta Líbano y flote sobre ti, comulgando juntos el placer de la vida, todos sus significados y secretos. Recuérdame al ver levantarse el sol detrás de la montaña Sunnin o Fam El Mizab. Piensa en mí cuando veas al sol descendiendo hacia el poniente, esparciendo sus vestimentas rojas sobre las montañas y los valles, a medida que se va despidiendo de Líbano […].

[…] Encuéntrate con los admiradores del Almuhager en Egipto, Siria y Líbano, y háblales de los hechos de sus hermanos inmigrantes: descríbeles todo aquello que la larga separación acumuló entre nuestros corazones y los corazones de ellos; y estrecha los lazos que ligan nuestras almas a sus almas.

[…] Los norteamericanos son gente vigorosa que nunca desiste, nunca se cansa, nunca duerme o sueña […] Mi anhelo por la patria está casi disolviendo mi corazón. Si no fuese por esta jaula que entretejí con mis propias manos, podría haber tomado el primer navío para el Oriente.

[…] Las cosas más extrañas son las que están más próximas de la verdad. En la voluntad del hombre hay tal poder de ansiedad, que transforma en sol la neblina que hay en nosotros.

[…] Quiero volver a Líbano, sí, y permanecer allá para siempre. Para siempre…

Siempre hemos sido nuestro propio precursor, y lo seremos eternamente. Y todo lo que hayamos juntado y todo lo que recojamos serán semillas.

Mis afectos

La melodía que reposa en silencio en el fondo del corazón de la madre será cantada por los labios de su hijo.

Estoy pintando o aprendiendo a pintar. Me llevará mucho tiempo hacerlo como yo quisiera, pero es hermoso sentir el crecimiento de la visión que uno tiene sobre las cosas.

Hay días en que dejo el trabajo con la sensación de un niño al que se acuesta demasiado pronto.

El trabajo de Carrière es el más cercano a mi corazón. Sus figuras, sentadas o de pie detrás de la niebla, me dicen más que cualquier otra cosa excepto por las obras de Leonardo da Vinci […] La vida de Carrière no es menos hermosa que su trabajo. Él sufrió mucho, pero comprendió la miseria del dolor: él supo que las lágrimas hacen que las cosas brillen.

[…] No me es posible ver otra cosa que las sombras tristes de los días pasados, cuando mi padre, mi madre, Boutros y mi hermana Sultana vivían y sonreían bajo la luz del sol. ¿En dónde están ahora? ¿Estarán juntos? ¿Se acordarán del pasado como nos acordamos nosotros?

Pueden erguirse juntos, mas no muy próximos: las columnas del templo se plantan firmes y separadas, y el encino y el ciprés no crecen uno a la sombra del otro.

Sus hijos no son suyos, son hijos del anhelo de la vida.

Su alegría es su tristeza sin máscara. Y el mismo pozo del cual brota su risa, fue a menudo alimentado con sus lágrimas.

Ningún hombre podrá revelarles nada que no yace aletargado en la aurora de su conocimiento.

Sus amigos son las respuestas a sus verdaderas necesidades.

El placer es una canción de libertad, pero no es la libertad.

En la tristeza se tejen lazos más sólidos que en la felicidad y en la alegría.

Porque el amor se basta en el amor.

Ámense, pero no hagan del amor una cadena.

Del sensitivo corazón de una mujer, surge la felicidad de la humanidad, y de la bondad de su noble espíritu emerge la ternura del hombre.

Aquel que no prefiere el exilio a la esclavitud, no es libre de acuerdo con cualquier medida de libertad, verdad y deber.

La verdad es como las estrellas: sólo aparece detrás de la oscuridad de la noche.

Breves fueron mis palabras

“He aquí otro sueño que vuelve a la niebla”

Ven a mí con tus sueños cuando más despierto estés y te diré su significado.

[…] mi paz no es sino un torbellino y mi encantamiento una ilusión.

[…] Siento que las llamas que calientan mis afectos se alimentarían mejor con tinta y papel […].

Permitan que la ignorancia se cultive a sí misma hasta hartar a sus descendientes. Permitan que los ciegos lleven a los enceguecidos a la fosa. Permitan que los muertos sepulten a los cadáveres hasta que se ahogue la tierra bajo el perfume de esos amargos capullos. Mi reino no es de este mundo, no.

[Sobre Jesús en palabras de María Magdalena] Todas sus líneas se habían uniformado armoniosamente, tanto que me parecieron estar enamoradas unas de otras […] ¿Era mi soledad la que me llevó hasta él o fue el perfume de su cuerpo?

[…] Maestro, queremos ser hilos entre tus manos y en tu telar, para que hagas de nosotros cuando quieras, un lienzo que usarás en tu divino manto.

Nació Jesús el Nazareno y creció como nosotros. Sus padres eran como los nuestros y él era como uno de nosotros; pero el Mesías, el Verbo, que desde el comienzo era el Espíritu que quería para nosotros una vida perfecta, se ha fundido con todas esas esencias en la persona de Jesús, y se unió con él y se hicieron una sola […] el Hijo del Hombre.

A mí me pusieron en libertad; en cambio a Él lo eligieron para la cruz; pero Él se levantó y yo caí (Barrabás).

El silencio que guarda la tumba no revela el secreto de Dios en la oscuridad del féretro, y el susurro de las ramas cuyas raíces se alimentan de las esencias de su cuerpo, no descifran los misterios de la tumba, pero los atormentados suspiros de mi corazón anuncian a quienes viven, el drama que conjugaron el amor, la belleza y la muerte.

Yo corro por las calles de esta gigantesca ciudad, y las sombras lo hacen detrás de mí. Yo miro con mil ojos y escucho con mil oídos todo a lo largo del día: y cuando regreso a casa tarde por la noche encuentro más cosas que mirar y más voces que escuchar.

Derrota, mi Derrota, mi soledad y mi aislamiento:
Me eres más querida que mil triunfos,
Y más dulce al corazón que toda la gloria del mundo.

Breves fueron mis días entre ustedes, y más breves aún las palabras que les dije.

¡Apiádate de mi corazón, alma mía! […]
Nada tengo sino palabras humanas
para interpretar tus sueños,
tus deseos, y tus dictados.

Lo indefinido es el camino hacia lo infinito.

El océano ríe siempre con el inocente.

El fin del arte es revelar la conciencia del mar y no pintar olas espumosas o aguas azuladas.

Cuando el amor los llame, síganlo.

La verdad necesita de dos hombres para ser descubierta: uno para decirla y otro para entenderla.

Una mujer puede encubrir su rostro con una sonrisa.

Dos son los que violan las leyes humanas: el loco y el genio, ambos son los más cercanos al corazón de Dios.

La piedad no es sino la mitad de la justicia.

Me creen loco porque no vendo mis días por oro;
Y los creo locos porque piensan que mis días tienen precio.

El silencio del envidioso está lleno de ruidos.

Cuando llegues al término de lo que deseas saber, estarás en el comienzo de lo que deseas sufrir.

Una exageración es una verdad que ha perdido su medida.

El que más anhela es el que más vive.

Cuando tu alegría o tu tristeza se vuelven grandes, el mundo se vuelve pequeño.

Dios reposa en la razón y se agita en la pasión.

¿Qué es el mal, sino el bien, torturado por su propia hambre y sed?

Cuando estuve en Egipto, iba dos veces por semana a pasarme largas horas sentado bajo las pirámides y bajo la Esfinge. En esa época tenía dieciocho años; mi alma temblaba ante esos fenómenos artísticos como se estremece la hierba ante la tempestad […].

La verdadera importancia del hombre no estriba en lo que logra, sino en lo que aún ansía lograr.

Algunos hombres somos como tinta oscura, y otros somos como papel.

Si me dan un oído, les daré una voz.

Por tanto si deseas comprender la otra realidad de esa persona, no escuches lo que habla, sino lo que calla.
La verdad hay que conocerla siempre, pero sólo algunas veces hay que decirla.

Las palabras no tienen edad.

El poeta más destacado es el que canta nuestros silencios.

Me dicen: si ves a un esclavo durmiendo no lo despiertes, no sea que esté soñando con la libertad.
Y yo les respondo: si ves a un esclavo durmiendo, despiértalo y explícale qué es la libertad.

La sabiduría no está en las palabras; la sabiduría es el significado dentro de las palabras.

El paraíso no está en el arrepentimiento; el paraíso está en el corazón puro.

La religión es un campo bien sembrado, plantado y regado por el deseo de uno que aspiró al Paraíso, o que temió al Infierno y al Fuego.

La felicidad es un mito que perseguimos, y que al concretarse nos irrita; como el río que fluye correntoso a la llanura, y que a su llegada se enturbia y debilita.

La vida no es más que un letargo perturbado por los sueños que sugiere la voluntad; el alma triste con tristeza oculta sus secretos, y la alegre, con ansiedad.

[…] hasta que llegó el amor abrió las puertas del corazón y alumbró sus resquicios.

Los afectos del corazón están divididos al igual que las ramas del cedro; si el árbol pierde una de sus ramas más resistentes, sufrirá, pero no muere. Vertirá toda su vitalidad en la siguiente rama para que crezca y ocupe el lugar vacío.

La apariencia de las cosas cambia de acuerdo con las emociones, y así vemos magia y belleza en ellas, pero en realidad la magia y la belleza están en nosotros mismos.

El primer beso es el principio del canto de la vida.

El amor es un conocimiento divino que permite a los hombres ver tanto como a los dioses.

Las horas pasaban como los espectros de la noche, como una procesión entonando el fúnebre canto de su pena, y la doncella se sentía segura derramando sus lágrimas en angustiosa soledad.

¿Qué puede hacer un hijo exiliado por su hambriento pueblo, y de qué vale para su pueblo el lamento de un poeta ausente?
El hombre es la comida directa de los dioses.
La Gloria del hombre empieza cuando las bocas
Divinas devoran sus hálitos errabundos.
Todo lo que sea humano
Es absolutamente sin valor,
Si humano sigue siendo.

Las lágrimas que me unen a los desdichados,
La risa que simboliza la dicha de mi propio ser.

¡Apiádate de mi corazón, alma mía!
¿Por qué lloras, Alma mía?
¿Acaso desconoces mis flaquezas?
Tus lágrimas me asaetean con sus puntas,
pues no sé cuál es mi error.
¿Hasta cuándo he de gemir?
Nada tengo sino palabras humanas
para interpretar tus sueños,
tus deseos, y tus dictados.
Contémplame, Alma mía; he
consumido días enteros observando
tus enseñanzas. ¡Piensa en todo
lo que sufro! Siguiéndote mi
vida se ha disipado.
Mi corazón se ha glorificado en el
trono, pero ahora no es más que un esclavo;
La paciencia era mi compañera, mas
ahora se ha vuelto en mi contra;
La juventud era mi esperanza, mas
ahora desaprueba mi abandono.
¿Por qué eres tan acuciante, Alma mía?
He rehusado el placer
y he abandonado la dicha de la vida
en pos del camino que tú
me has obligado a recorrer.
Sé justa conmigo, o llama a la Muerte
para que se desencadene,
pues la justicia es tu virtud.
Apiádate de mi corazón, Alma mía.
tanto Amor has vertido sobre mí que
ya no puedo con mi carga. Tú y el
Amor son un poder inseparable; la Materia
y yo somos una debilidad inseparable.
¿Cesará alguna vez el combate
entre el débil y el poderoso?
Apiádate de mí, Alma mía.
Me has mostrado la Fortuna
Inalcanzable. Tú y la Fortuna moran
en la cumbre de las montañas; la Desdicha y yo
estamos juntos y abandonados en lo profundo
del valle. ¿Se unirán alguna vez
el valle y la montaña?
Apiádate de mí, Alma mía.
Me has mostrado la Belleza y luego
la has ocultado. Tú y la Belleza moran
en la luz, la ignorancia y yo
somos uno en la oscuridad. ¿Invadirá
la luz alguna vez las tinieblas?
Tu deleite llega con el Fin,
y ahora te revelas anticipadamente;
mas este cuerpo sufre por la vida
mientras vive.
Esto es, Alma mía, el desconcierto.
Presurosa huyes hacia la Eternidad,
mas este cuerpo fluye lento hacia
el Fin. Tú no lo esperas,
y él no puede apresurarse.
Esto es, Alma mía, la tristeza.
Te elevas raudamente, por el mandato
de los cielos, mas este cuerpo se desploma
por la ley de gravedad. No lo consuelas
y él no te quiere.
Esto es, Alma mía, la desdicha.
Eres rica en sabiduría, mas este
cuerpo es pobre en comprensión.
Tú no te arriesgas
y él no puede obedecer.
Esto es, Alma mía, el límite de la desesperación.
En el silencio de la noche visitas
al enamorado y gozas con la dulzura
de su presencia. Este cuerpo será por siempre
la amarga víctima de la esperanza y la separación.
Esto es, Alma mía, la tortura despiadada.
¡Apiádate de mí, Alma mía!

Ven amada mía; caminemos entre las cumbres,
Que la nieve es agua, y la vida ha despertado
De su letargo y vaga por montes y valles.

La sólida playa es mi amada
Y yo su amante.
Nos une el amor, pero la luna me aparta celosa de ella.

Mi alma es un amigo que me consuela en la desdicha y en el dolor.
Aquel que no trata a su alma como a un amigo es un enemigo de la humanidad, y aquel que no encuentra alivio humano en sí mismo, perecerá en la desesperación. La vida emerge de lo interior y no de lo exterior.

Las esencias de su cuerpo

Porque la vida es desnuda. Un cuerpo desnudo es el más verdadero y noble símbolo de la vida. Si pinto una montaña como una muchedumbre de formas humanas o pinto una catarata de agua en forma de cuerpos dando tumbos, es porque veo en la montaña una muchedumbre de cosas vivientes, y en la catarata una corriente de vida que se precipita.

Los amantes abrazan lo que está entre ellos, más que estrecharse el uno al otro.

Si comentas tus secretos al viento, no puedes culparlo por contarlos a los árboles.

Debe existir algo sagrado en la sal. Está en nuestras lágrimas, y en el mar.

Eres ciego y yo sordomudo; por lo tanto, estrechemos nuestras manos y entendámonos.
La verdad de la otra persona no está en lo que te revela, sino en lo que no puede revelarte. Por eso, si deseas entenderla, no escuches lo que dice, sino lo que calla.

Cada semilla es un anhelo.

Fueron las mujeres quienes abrieron las ventanas de mis ojos y las puertas de mi espíritu. De no haber sido por la mujer madre, la mujer hermana y la mujer amiga, estaría aún durmiendo entre aquellos que buscan la tranquilidad del mundo.

Mi alma me enseñó a estar despierto mientras otros duermen y a entregarme al sueño cuando otros están en movimiento.

Subid conmigo a los montes, pues el invierno ha terminado y la nieve del Líbano está cayendo hacia los valles, agregando su preludio a las sinfonías de los arroyos. Las llanuras y las viñas han alejado todo sueño, y han despertado para recibir al Sol con lujuriosos higos y frescas uvas […].

El secreto de la muerte

Porque la verdad de la vida es la misma vida […].

Sólo podrán ser libres, en cuanto el afán de buscar la libertad llegue a ser un estorbo.

La belleza es vida, cuando la vida rasga el velo y descubre su inmaculado rostro.

Perdónalos porque desconocen que tú has prevalecido sobre la muerte.

La verdadera luz es la que brilla en el interior; ella revela al hombre los secretos de su alma y la ventura de una vida que exalta la espiritualidad… Dios les ha dotado de alas para que vuelen hacia el amor y la libertad, ¿por qué se las han cortado y se arrastran por la tierra como insectos?

¿Qué es el morir, sino entregarse desnudo al viento y fundirse con el sol?

Tengo necesidad de un viento violento que pueda hacer caer mis frutos y mis hojas.

Soy sólo una gota de este mar inmenso.

Dejadme dormir, mi alma está ebria de amor.

La vida canta en nuestros silencios, y sueña cuando dormitamos […].

Porque la vida y la muerte son una misma cosa.

Quieren conocer el secreto de la muerte, ¿pero cómo conocerlo si no lo buscan en el corazón de la vida?

¿Por qué estoy aquí, oh Dios de las almas perdidas, tú que estás extraviado entre los dioses?

Siempre camino en estas playas, entre arena y espuma. La alta marea borrará mis rastros, y el viento, la espuma. Pero el mar y la playa serán por siempre.
Por siempre deambulo en esta playa, entre arena y espuma, indudablemente que la marea ha de borrar mis huellas y el viento sin duda esparcirá la espuma, pero por siempre mar y playa ahí estarán.

Hace un instante me sentía una partícula que sin ritmo y vacilante espera la vida, hoy sé que soy la espera y que en rítmicos fragmentos palpita la vida en mí.

Tuve un segundo nacimiento cuando mi alma y mi cuerpo se amaron uno al otro y fueron desposados.

No es posible llegar al alba, sin recorrer el sendero de la noche.

Mi hogar me dice: No te vayas porque aquí también vive tu pasado.

El recuerdo es una forma de encuentro.

El olvido es una forma de libertad.

El deseo es la mitad de la vida; la indiferencia es la mitad de la muerte.

Es en verdad triste si extiendo mi mano vacía a los hombres y nada recibo; pero es aún más triste si extiendo una mano llena y nadie toma de ella.

El hombre es como la espuma del mar que flota sobre la superficie del agua. Cuando el viento sopla, se desvanece como si nunca hubiese existido […].