…Y el Dios de los dioses separó de sí mismo
un alma y le infundió belleza.
Gibran Kahlil Gibran, El Alma en Lágrimas y sonrisas, 1914
En una carta de Gibran Kahlil Gibran dirigida a Mary Haskell, su musa y mecenas, fechada el 18 de febrero de 1913, el pensador libanés escribió:
Uno de los sueños más amados de mi corazón es que, en algún lugar, en algún momento, una parte de mi trabajo […] se exhiba junta en algún museo o en alguna institución, en una gran ciudad, en donde la gente la pueda ver y quizá amar […].
El acervo más completo de Gibran Kahlil Gibran está en México. Entre sus documentos sobresalen uno de los primeros manuscritos de El Profeta y uno de El Loco, amén de Arena y espuma y Jesús, el Hijo del Hombre, que recorrieron diferentes latitudes para llegar a la colección mexicana.
De la más fina sensibilidad literaria, Gibran se convertiría en el mayor representante de la cultura de Medio Oriente en Occidente. Ensayista, dibujante, novelista, pintor, poeta y cantor universal de las emociones humanas: la pena, la dicha, el amor, el dolor, la búsqueda, la soledad y la nada, aspectos todos esenciales de la vida. Nuevas lecturas de su obra tienden puentes entre la sabiduría contenida en sus escritos y las premisas que siguen motivando a las nuevas generaciones.
Las máximas de El Profeta se encuentran presentes en un inconsciente colectivo que apuntala la universalidad del pensamiento de Gibran. El mayor fondo de su obra plástica y literaria –custodiado durante varias décadas por Kahlil Gibran, su sobrino– se encuentra ahora en resguardo dela Fundación Carlos Slim.
La familia Gibran desembarcó el 17 de junio de 1895 frente a la bahía de Nueva York en la Isla Ellis. Kamileh, de 40 años, y sus cuatro hijos: Boutros de 20, Marianna de 9, Sultana de 7 y Gibran Kahlil de 12, salían de Beirut como resultado del endurecimiento del Imperio Otomano en Líbano –quien dominaba en términos políticos, económicos y sociales al Cercano Oriente– para comenzar una nueva vida en los Estados Unidos.
Importantes personalidades de la cultura en Boston –como el fotógrafo y editor Fred Holland Day o la escritora Josephine Preston Peabody– marcaron la carrera artística del joven Gibran.
Su obra también da cuenta de la pena y la nostalgia por Líbano y una nueva existencia en América; también la felicidad en el ámbito familiar y la protección de Holland Day; los grandes amores de Gibran: su amiga y mecenas Mary Haskell, la bellísima escritora Josephine Preston Peabody, la pianista Gertrude Barrie, la sensual Micheline, la creativa Adele Watson y la siempre devota Barbara Young, quien compartió con él sus últimos años.
La angustia por la patria invadida desembocó en la creación de la Liga de la pluma (Al-Arrabitah) con otros contemporáneos libaneses en el exilio, al lado de quienes promovió el renacimiento de las letras árabes y la creación del Gran Líbano en 1920.
La búsqueda filosófica en los grandes asuntos del hombre dieron lugar a sus obras capitales: La música (1905), El Loco (1918) y El Profeta (1923), además de Espíritus rebeldes (1908), Alas rotas (1912), Lágrimas y sonrisas (1914), La procesión (1918), El precursor y las tempestades (1920), Arena y espuma (1926), Jesús, el Hijo del Hombre (1928), y la última obra que apareció el año de su muerte: Los dioses de la tierra (1931), amén de otras publicaciones póstumas entre las que destacan: El vagabundo (1932), El jardín del Profeta (1933), Ninfas del valle (1948) y La voz del maestro (1959). La emoción y la razón comulgan con palabras que ofrecen mensajes nuevos a través de sus múltiples lecturas.
Gibran exploró en el mundo de la pintura y el dibujo; desde las primeras obras expuestas en Boston en 1904 hasta los óleos en los que el hombre y la mujer ocuparon su atención, realizados durante su estancia en París (1908-1910).
La colección en Museo Soumaya.Fundación Carlos Slim incluye óleos, dibujos, autorretratos, fotografías, bocetos, manuscritos, primeras ediciones, textos mecanografiados de la casa editora Alfred Knopf, y objetos personales, que refieren todos a su pensamiento filosófico y literario; mismos que además dan cuenta de la enfermedad y las muertes de sus padres, de sus hermanos Boutros y Sultana y de sus amigos. Finalmente la suya en Nueva York para regresar a Mar Sarkis en Becharre, Líbano, donde se encuentra el museo que lleva su nombre.
La obra de Gibran es plena en sabiduría y misticisimo. El Profeta, traducido a más de cuarenta idiomas, ha sido libro de cabecera para muchos lectores. Con el corazón enraizado en Líbano… su voz abraza al mundo.