Presentación

Soumaya Slim de Romero

Maestro quisiéramos ser hebras en tus manos divinas. Téjenos en el manto de Tu voluntad, porque anhelamos formar parte del Todopoderoso.

Gibran, Jesús, el Hijo del Hombre, 1928

El poeta y artista universal Gibran Kahlil Gibran nos ha conducido con su pensamiento a lo que nos es esencial, a formas literarias en las profundidades del ser y  a los a veces insondables misterios del amor.

De la más fina sensibilidad, el escritor libanés es icono de sabiduría del Medio Oriente. Padre del renacimiento de las letras árabes, es poeta, ensayista, novelista, pintor, dibujante y cantor universal de la vida.

En su voz resuenan ecos del país de culturas y cedros milenarios que se proyectan –a Francia especialmente–, a América y a todas las naciones que han recibido como tierra fértil a sus emigrantes. El suelo fecundo de las nuevas tierras vio florecer a los libaneses como crecen los frutos en el bled: generosos, espléndidos, grandes, en abundancia… Las familias, los amigos, su trabajo, las raíces en las culturas que los acogieron; los amores han tejido lazos permanentes y hondos que tocarían a los hijos y a los hijos de sus hijos. Kahlil Gibran, sobrino y ahijado del poeta, durante cuatro décadas coleccionó, investigó y enriqueció el fondo con nuevas piezas dentro y fuera de los Estados Unidos.

En una carta a Nakhili Gibran del 15 de marzo de 1908, el poeta apuntó: […] Siento que las llamas que calientan mis afectos se alimentarían mejor con tinta y papel. Literatura que toca a la pintura en la intimidad del acto generoso de la creación. Dibujos y bocetos de influencia leonardesca; ilustraciones para El Loco y El Profeta; óleos simbolistas influidos por Blake y Carrière, muchos de ellos hasta hoy inéditos, conforman este acervo que abrazó el propio artista. Nunca se separó de su cuaderno de dibujo con sorprendentes trazos para un niño de apenas once años.

La relación epistolar fue fecunda con su querida hermana Marianna y con sus grandes afectos entre musas, familiares y amigos. De ella escribió: Tú eres quien da de beber al sediento y de comer al hambriento. Los primeros manuscritos de obras capitales con enmendaduras, la mayoría de las veces en su árabe natal; transcripciones mecanografiadas y primeras ediciones; fotografías; libros y objetos queridos que nos arrojan a la dimensión humana del pensador.